La Federación de Trabajadores de Farmacias (Fenatrafar) expresó satisfacción tras la clausura de tres locales ubicados en Teatinos, Costanera Center y Francisco Bilbao donde operaba una nueva versión de la denominada "canela", es decir, incentivos o requisitos de parte de las cadenas farmaceúticas para la venta de determinados productos a sus trabajadores.
El presidente del gremio, Mauricio Acevedo, acusó que se trata "de un nuevo modelo"; una "canela 2.0", que esta vez se basa en categorias terapéuticas y representa "una forma nueva de continuar con la automedicación de todos los chilenos".
"Una vez más los clientes van a tener que seguir llenando sus bolsas, gastando dinero, porque a nosotros -una víctima del sistema perverso de la industria farmaceútica- nos presionan, nos obligan a tener que diagnosticar", acusó.
Según el dirigente, los trabajadores son instados para que cuando un cliente va por un medicamento "se termine llevando dos, tres, cuatro y cinco, pero distintas patologías y enfermedades".
De igual modo Flora López, dirigente de los trabajadores de Cruz Verde, además de valorar esta determinación, dijo que personalmente se encuentra afectada por prácticas anti sindicales "que le impiden entrar a trabajar tras una licencia médica".
Como parte de la vocería, los funcionarios de la tercera gran cadena del país, Farmacias Ahumada, denunciaron junto a sus pares de Knop que ambos comercios realizan diversas prácticas que vulneran la nueva ley de fármacos mediante resquicios legales.