Canonización se realizará este domingo 27 de abril en el Vaticano.
Mientras a Wojtyla se le reconocen dos intercesiones, el italiano será santificado por una facultad del Pontífice.
La Congregación para las Causas de los Santos comprobó un milagro de Juan XXIII y dos de Juan Pablo II.
Este domingo 27 de abril, Juan XXIII y Juan Pablo II, dos de los Papas del siglo XX, llegarán a la santidad gracias a las intercesiones reconocidas por el Vaticano como "milagrosas".
Sin embargo, mientras para el polaco Karol Wojtyla (Juan Pablo II) la Santa Sede aprobó dos milagros, en el caso del italiano Angelo Roncalli (Juan XXIII) un milagro lo llevó a la beatificación y ahora será canonizado gracias a la facultad del Papa Francisco.
Juan XXIII
Juan XXIII fue Papa entre el 28 de octubre de 1958 y el 3 de junio de 1963 y fue beatificado en el año 2000, por Juan Pablo II, gracias a la curación milagrosa de la religiosa Caterina Capitani en 1966, que sufría de una perforación gástrica hemorrágica con fistulación externa y peritonitis aguda.
El informe de la Congregación para las Causas de los Santos indica que el 22 de mayo de 1966 las hermanas de la religiosa le colocaron una imagen del fallecido Pontífice en el estómago y que a los pocos minutos la religiosa se recuperó y pidió de comer.
Según relata ACI Prensa, durante su testimonio, la hermana Capitani relató que Juan XXIII se sentó al pie de su cama y le aseguró que su plegaria había sido escuchada en el cielo, mientras que los médicos que la atendían le practicaron una radiografía al estómago y comprobaron la desaparición completa de la enfermedad.
Años después, a principios de julio de 2013, el Papa Francisco aprobó los decretos que canonizan a Juan XXIII junto con Juan Pablo II, sin requerir el reconocimiento de una intercesión milagrosa.
En aquel entonces, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, explicó que "un milagro es una visión teológica de la Iglesia, la prueba, la demostración del poder de intercesión y la confirmación, por parte de Dios, de la santidad de una persona, pero no es un dogma de fe que de alguna manera sea necesario".
Recordó que "por ejemplo, los mártires son beatificados sin milagro alguno, lo que quiere decir que los milagros por tradición y teología se dan comúnmente pedidos, pero no es una necesidad absoluta".
Juan Pablo II
El Papa polaco guió la Iglesia Católica entre el 16 de octubre de 1978 y el 2 de abril de 2005 y en su camino a la santidad, el Vaticano le reconoce dos intercesiones milagrosas.
La primera corresponde al proceso de beatificación y la beneficiada fue la religiosa francesa Marie Simon-Pierre, quien padecía de mal de parkinson y trabaja en una clínica de maternidad en París.
Según informa ACI Prensa, el 14 de enero de 2011 la religiosa contó a la cadena francesa KTO y a la cadena RAI Vaticano que su curación sucedió el 2 de junio de 2005.
"Ese día por la mañana yo estaba completamente impedida y ya no podía más", indicó la religiosa, por lo que solicitó su dimisión a la superiora de su comunidad para "dejar de brindar mi servicio en la maternidad donde trabajaba", sin embargo, su pedido fue rechazado y a cambio la superiora le propuso pedir la gracia de su curación a Juan Pablo II.
Cuando esto sucedió, "sentimos por un buen momento un gran cambio en su oficina, diría que una gran paz, una paz muy grande y una gran serenidad, me sentía muy apacible, ella también", continuó la beneficiada.
Tras rezar en la madrugada, sor Marie acudió al oratorio de la capilla pues su comunidad celebraba misa a las 06:00 de la mañana y en el trayecto "me di cuenta de que mi brazo izquierdo ya no se quedaba inmóvil al caminar, sino que se balanceaba normalmente. En la Eucaristía tuve la certeza de que estaba curada".
La Congregación para las Causas de los Santos estudió la curación de Simon-Pierre y determinó que fue por intercesión de Juan Pablo II, a quien Benedicto XVI beatificó el 1 de mayo de 2011.
Segundo milagro de Juan Pablo II
El segundo milagro atribuido a la intercesión de Wojtyla fue la curación de Floribeth Mora, una mujer costarricense que padecía un aneurisma cerebral, el mismo día de su beatificación.
Según cuenta ACI Prensa, ese día Mora fue con su familia a la misa dominical y "en ese momento estaba pasando una carroza con la imagen de Jesús Sacramentado y sentí un frío en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí, entonces, el sacerdote que acompañaba a la procesión declamaba una oración: '¡Oh, Señor! Hay una sanación'".
"Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me ayudara" y en ese preciso instante, algo empezó a cambiar. "Salí de ese parque con la fe de que yo fui la sanada", expresó Floribeth.
Días después fue al Santuario de la Virgen de Ujarrás para rezar, consciente de que el templo había recibido un relicario con muestras de sangre del nuevo beato, sin embargo, cuando llegó ya había terminado la exposición, sin embargo, el padre Donald Solano hizo una excepción y la pudieron tocar.
"Seis meses después me hicieron otro examen en el cerebro y me indicaron que el aneurisma había desaparecido para la honra y la gloria de mi Dios", afirmó Floribeth.
Según publicó el diario La Nación de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó que no encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que padecía cuando analizaron exámenes posteriores a aquel mayo de 2011.
